Avances tecnológicos del siglo XXI y ejemplos de estos
Reveldia
1. El niño de 3 a 4 años
Rebeldía ¿Qué hacer?
Esta es una etapa en la cual el niño o niña va probando sus límites y los
de los demás.
“No le hace caso a nadie” o “A todo responde ¡NO!”
Por supuesto que los niños/as nunca son totalmente desobedientes, pero
sí es cierto que hay períodos en que parecen estar más rebeldes con las
normas o con las indicaciones de alguno de sus cuidadores.
No es raro que haya etapas en que alguien cercano se queje por ejemplo
de que “¡A la única que le hace caso es a la mamá!”.
Alrededor de los tres años, los niños se fascinan con el efecto que tienen
sus ¡no! Y por eso ocupan esta palabra sin estar realmente respondiendo
a lo que se les pide o pregunta.
Un ejemplo común de esta situación podría ser el siguiente diálogo:
• Marianita, ven a ponerte pijama.
• ¡No!
• Marianita, ven.
• ¡No quiero!
Seguramente no es que ella no tenga sueño, sino que disfruta
manifestando su autonomía, voluntad y control de la situación.
Es importante lograr un clima afectivo y alegre en el hogar, de modo que
se estimule la cooperación entre los integrantes de la familia en vez de la
restricción o la oposición.
Los niños/as deben sentirse reconocidos y escuchados pero también es
importante que desde pequeños aprendan a escuchar y comprender que
muchas cosas no son porque sí, sino que tienen su razón de ser.
Es fundamental que los adultos seamos claros con ellos y que cuando les
digamos que sí o que no a algo, siempre acompañemos nuestra
respuesta con una breve explicación de nuestras razones.
“Las pataletas”
Estamos frente a un niño/a que ha descubierto los efectos que tiene su
oposición en los demás. A esta edad, suelen tener poca capacidad para
aceptar frustraciones o respuestas negativas a sus peticiones, entonces
2. hacen pataletas para llamar la atención de los adultos y lograr con ellos
su objetivo.
Esto le ha ocurrido probablemente al niño que hemos visto con pataleta
en el suelo del almacén porque la madre no le ha comprado un dulce.
Sucede que la madre se desespera, no encuentra cómo tranquilizar a su
hijo. Entonces cede y le compra la golosina. La pataleta se acaba, pero el
problema es que este hijo va aprendiendo que con pataletas puede lograr
lo que quiere, entonces aumenta la probabilidad de que las repita cada
vez que considere que no se hace lo que él quiere.
Al llegar a los 4 años la intensidad de las rabietas comienza a disminuir
poco a poco y el niño/a aprende a expresar de mejor manera lo que
necesita y piensa.
Es importante enseñar a los niños/as desde pequeños que con las
pataletas no se consigue nada y que no se puede hacer o tener todo lo
que se desea.
Algo recomendable es tratar de no prestarles atención mientras están
alterados, pero luego sí reconocerlos positivamente cuando se han
calmado y proceder a conversar sobre lo sucedido.
“No quiere comer”
Sucede que a partir de los tres años, hay niños/as que presentan muchas
dificultades a la hora de comer, lo que puede resultar muy frustrante y
agotador para el adulto que intenta alimentarlo.
• Oscar, cómete la comida, que está rica y te hace bien.
• Mm mm (Oscar dice “no” con la boca muy cerrada y juega con la
cuchara).
Con esta actitud, Oscar está llamando la atención de su papá que le
quiere dar la comida, pero con una conducta que es negativa para su
bienestar nutricional y relacional.
El pequeño no sólo está alimentándose mal, sino que puede generar
sentimientos de rabia, pena o frustración por parte de su papá.
Son variadas las causas que hay detrás de negarse a comer; algunas de
ellas pueden ser:
• La voluntad de ejercer control de sí mismo y el entorno. El niño
está usando su autonomía recién descubierta.
• Podría ser que el niño/a se sintiera falto de afecto y estuviera
buscando llamar la atención con conductas desadaptativas. En este
caso es importante mejorar la relación y las demostraciones de
afecto entre ambos. También se sugiere ignorar la conducta
3. inadecuada de no querer comer para que el niño aprenda que esa
no es una buena forma de atraer al papá, en este caso.
• Falta de hábitos alimenticios adecuados. Las comidas deben tener
un horario relativamente estable (el niño/a no tendrá hambre si
come regularmente a deshora), espacio adecuado (si es frente al
televisor, puede desconcentrarlo de la comida), etc.
También es importante darle importancia pero no sobre-estimular
esta actividad con muchos bailes, juegos y cantos que finalmente
terminan distrayendo al niño/a.
Es importante que el niño/a comprenda que no puede controlar esta
situación. En caso de que las dificultades persistieran, se debe consultar
a un profesional.
¿Cómo prevenir y manejar las rabietas?
Cuando le pidas a un niño/a que haga algo, utiliza un tono amistoso y
solicítalo como una invitación, más que como una orden. También ayuda
decir “por favor” y “gracias”.
No sobre-reacciones cuando él/ella diga que “no”. Durante algún tiempo,
ésta puede ser su respuesta automática a cualquier petición u orden y
más que negarse a tu petición, es probable que esté jugando y
probándose a sí mismo.
No recurras nunca al castigo corporal. Los golpes nunca son una buena
estrategia para enseñar a los niños/as, ya que aprenderán a tener
respuestas violentas si perciben que los adultos las utilizan.
Evita las situaciones que han iniciado una confrontación en el pasado.
Recompensa el buen comportamiento con afecto.
(http://www.crececontigo.cl/2009/desarrollo-infantil/3-a-4-anos/rebeldia-
que-hacer/)